IX

Navegante sin rumbo,
En la noche sin guía.
de incierto camino.
Cual galeón en el ancho mar,
Alma orgullosa,
Cual águila altanera,
En el céfiro suspendido,
Solitario de la vida,
Oveja descarriada,
Pajarillo solitario.
vivo reflejo del desprecio:
El andariego.
Barbudo y harapiento,
Marcha por la vida.
Sus penas: En la cara.
De mirar triste, huido.
Cae, se levanta, camina.
Siempre lo mismo.
Propio de la vida.
Sin lugar donde yacer.
Toma como lecho: La hojarasca.
De almohada: La Tierra.
De mañana temprano,
Su camino: La Vida.
En su casa no hay lavabo,
Del arroyo toma prestada
Agua noble y cristalina
Para despejar la amargura,
Del sueño de la vida.
No mira atrás. No.
No añora tan siquiera.
Los buenos ratos,
Si los tubo, de su niñez.
Quisiera volver atrás: No puede.
Seguirá hacia adelante,
Con su amargura,
Con la de otros,
Siempre marchará.
Hasta un día: Amargo.
Tan amargo, …, como la hiel,
La vida le niegue abrir sus ojos,
Entonces, marche, caminando,
En aras de ilusión,
A un mundo ideal,
Soñado en otros tiempos.
Yendo a ese mundo,
Quedará su recuerdo:
Una sombra lastimera
paseante entre nosotros.
Vivió con su dolor.
Humano, como él,
Nos rodeó con sus palabras.
Cual hermano mayor.
Sabedor de la vida: Su vida.
Dando una ayuda,
Que él no tubo, ¿buscando?
Cariño, …, Amor.
Se fue con él una mañana.
¿Quién sabe que fue?

J. Falagán