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miércoles, 20 de abril de 2011

León precisa otro sistema electoral

D.L.: 19/04/2011 FRANCISCO J. GONZÁLEZ ROJO. LD.º EN DERECHO Y GD.º EN C.C.E.E. (ICADE)

Cómo se van los jóvenes titulados, cómo se marchan las jóvenes leonesas decididas, cómo se alejan los hijos a formarse, cómo se quedan los pueblos silenciosos, ateridos, cómo se ven los bancos de piedra helados y vacíos, cómo se trancan las puertas, qué solo está el invierno y qué frío, cómo se fue la inteligencia y cómo el conocimiento, cómo, León, cómo se han ido.

Así llegan las sombras, así anochece, así la decadencia socioeconómica sobreviene y así se instaló, León, en tu región, con la pérdida de inteligencia y conocimiento en la población cuando esas viajan en el pescante de la emigración. Así se crean refranes para la hila como «hijo ingeniero hijo viajero», así se inventan refranes de filandón como «buena estudiante buena emigrante». Esa pérdida de recursos intelectuales actúa directamente como factor inductor determinante de la espiral de declive económico territorial que se formula: Peor Formación del Dirigente (-) Iniciativas Político-Económicas deficientes (-) Desarrollo Socioeconómico decreciente (-) Emigración del conocimiento inteligente (+). Por consiguiente: Menor Preparación del Dirigente (-) Iniciativas Político-Económicas más deficientes (-) Desarrollo Socioeconómico inexistente (-) más Emigración de conocimiento inteligente (+). Y así sucesivamente. En consecuencia despoblación presente, persistente.

Cambiar la fórmula requiere de innovación, creatividad, disrupción, actuar sobre el primer término de la función, la dirección, con un modelo diferente de elección y representación. Un modelo en el que se busque la inteligencia y el conocimiento, que se hayan demostrado y conocido, lo segundo por los que eligen y lo primero por los que fueren elegidos.

Y ¿qué tenemos? En lo alto, en la dirección, en los carteles de la representación, lo que vemos, las mismas fotos, si cambian, en distintos puestos, las mismas caras que duran, casi tanto o más que la dictadura, un modelo de profesionalismo político, endógeno y sin prestigio, bien arropado, defendido y pertrechado por la partitocracia y, por tanto, liderazgos, ideas, iniciativas, estancadas, atrasadas, retardadas, un modelo en el que el representante asegura la permanencia por la obediencia a las consignas y directrices de partido (político) que prevalecen sobre los intereses de aquellos por los que fueron elegidos. En la base electoral, una población, la mayoría, mayoría, que sustenta este modelo, que aún vota formada en los artificios de una guerra que dividió a la sociedad española en dos bandos uno a la diestra y otro a la siniestra sin saber cuál era el norte y sin sentido y que asocia las siglas de los partidos políticos con la izquierda o la derecha, los cuales se aprovechan de esa inercia, ancianos que votan pensando en el pasado sin saber que la consecuencia son esos jóvenes que emigran obligados.

En el medio, la confusión y el caos, la mezcla de lo local con lo nacional, lo patrimonial con lo político, la gestión con la legislación y la dirección con la representación y las ocurrencias. Y en el fondo, el leonesismo del que todos echan mano para después dejarlo malparado, maltratado, malpagado, malcolocado, incluso despreciado o castellanizado, León abandonado.

Sí, mis jóvenes leonesas decididas, el voto educado en el pasado decide en gran medida vuestro futuro sin darse cuenta, sin conocer las consecuencias. Mis jóvenes leoneses titulados, el voto del anciano, sin querer, os habrá condicionado.

Sí, mi joven ilusión, los grandes partidos nacionales invertirán los recursos según votos y según sus cantidades, algunos en las ciudades, mejora en las capitales, bastantes en Valladolid y, donde más, en Barcelona y Madrid y a penas casi nada en esos pueblos abandonados, que semejan pinturas del pasado, entre montes y páramos baldíos. Sí, esos partidos acelerarán el costosísimo torbellino de la divergencia que, a cada vuelta, más amontona en pocos lugares la riqueza y esparce por el resto, la gran parte, la pobreza. Y ¿qué tuviste León? ¿Qué es lo que viste? La designación en concejo, asamblea democrática básica, de cargos y dirigentes públicamente, la elección a mano alzada y la obligatoriedad de ejercer el cargo por quien es señalado y después nombrado, la búsqueda de la dirección inteligente, la propuesta popular y no la imposición desde un partido.

La duración limitada del encargo, puntual si fuera el caso y, para las funciones permanentes, el término del presupuesto o, a más durar, un año, la flexibilidad organizativa, la búsqueda de la innovación, la invención, la eficacia y la eficiencia. La gestión patrimonial sin la política, la separación de lo local de lo nacional, la costumbre de lo normativo, el voluntariado en vez del funcionariado, la descentralización en lugar del centralismo, la búsqueda de la gestión socioeconómica y del desarrollo y del bienestar comunal.

Y para la representación provincial o nacional el reconocimiento de los personajes de mayor prestigio y consideración, jamás un mentecato, cual premios de leonés del año, nunca un buscamundos, o empresarios millonarios, ningún damelimosnas, o profesionales de fama bien ganada, no un pelagatos, que como mejor distinción y colofón a su experiencia asumían tal nombramiento y tal mandato. Mi leonés de capital o de ciudad, también paisano, rebusca en ese pasado y aventa y proclama adoptar y adaptar ese sistema electoral ahora enterrado aunque fuere necesario micronizar la ciudad, crear Juntas Vecinales e inventar Juntas de Barrio, como si se tratara de pueblos y comarcas cambiando el escenario, de modo que los gestores que dirijan la ciudad lo hagan con poder y criterio igualitario.
Mis jóvenes leoneses, mi esperanza, votad, urgid, clamad, reclamad vehementemente el cambio de modo de seleccionar los dirigentes. ¡Por necesidad! y porque os sobran razones por demás y más que convincentes. Y para ello, ¿por qué?, que alguien lo diga, ¿por qué León no puede utilizar, actualizar, desarrollar y tecnificar esa tradición electoral y peculiar, cuya esencia era la búsqueda de la gestión por la excelencia, si tal vez no exista otra alternativa de escapar d e esa espiral de decadencia?

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